Las Fake News o Noticias Falsas tienen todos los ingredientes para una película de ficción. Están relacionadas a hackers, filtraciones, gobiernos, corrupción, estafa, poder, influencia, vulnerabilidad, censura, intereses personales, descontextualización de la información y otros hechos que ocurren día a día en nuestro entorno. En el libro de Fake News de Esteban Illades, menciona porqué las noticias falsas son un peligro latente para nuestra sociedad y cómo han existido desde siempre.

Por ejemplo, cuando Napoleón quizo expandir su imperio, tuvo la idea de conquistar otros lugares, entre ellos Egipto e hizo creer a todo el pueblo francés que los había conquistado a través de una larga batalla contra monstruos, camellos, y demás. Les dijo a sus historiadores y artistas que cuenten historias sobre esa batalla y que las representen en cuadros, cuando en realidad Napoleón nunca viajó a Egipto. Y es que es cierto lo que dicen sobre las mentiras:

“Una mentira contada una vez permanece como mentira, pero una mentira contada mil veces se vuelve verdad”

Esta famosa frase, hasta el día de hoy se le atribuye a Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de la Alemania Nazi, es una frase que en realidad nunca dijo, pero que queda en la memoria y recuerdo popular asociada a él.

En nuestros días, las noticias falsas han evolucionado con un alcance indeterminado a través de internet y las redes sociales. Existen personas que tienen demandas millonarias por crear contenido falso y expandirlo en toda la red para hablar bien sobre algunas empresas para elevar sus acciones en la bolsa de valores y venderlas por contratos millonarios. También existen hackers que filtran información real pero que incluyen a su vez información falsa, y que teniendo a los mejores investigadores del mundo sería muy difícil de comprobar. Entonces, la pregunta que debemos responder es:

¿Cuál es el objetivo de las Fake news?

  • Se utilizan las mentiras para generar una distracción
  • Centrar la atención en algo previo
  • Generar desinformación; es decir, confundir a las personas
  • Lucrar con la desinformación sobre todo en política y medios de comunicación

El consumo de la información

El gran reto que todos tenemos hoy en día es profesionalizar el consumo de la información. Debemos cambiar el comportamiento de los lectores activos online, negándose a leer y compartir noticias de sitios con baja reputación o pagando por una calidad editorial que no se base solo en publicidad.

La mayoría de las veces interpretamos la información de forma selectiva, nuestra atención y percepción, se restringen a nuestras experiencias. Por ello, muchas veces interpretamos las noticias de forma distorsionada. El concepto de “razonamiento motivado” tiene que ver con la confianza en los seres humanos. Al recibir información de una persona en la que confiamos, y si esta es falsa, nuestro cerebro entra en una disputa a través de un mecanismo de memoria falsa, se niega a aceptar algo que contradiga a la gente en la que confía.

A ello, debemos sumar el hecho que muchas veces no contamos con la fuente de estas noticias compartidas, lo que hace que sea más difícil de verificar su veracidad, por el anonimato en internet, Whatssapp, Facebook u otra red social. Por ello, necesitamos pensar de forma crítica sobre lo que estamos leyendo sin dejarnos influenciar tan fácilmente.

Una guerra sin final

Hoy en día la proliferación de noticias falsas en redes sociales y cómo compartirmos información hacen un daño enorme a la sociedad que todos debemos combatir. Es un capítulo que todavía no está cerrado pero que en algunos países están tomando algunas medidas regulatorias con sanciones.

Por ejemplo, en Brasil un legislador propuso de dos a ocho meses en la cárcel a quienes compartieran noticias falsas y, en Alemania, por otra parte, multarían a las redes y no a las personas por permitir la difusión de contenido falso, con multas de hasta 50 millones de euros.

Estas son acciones pueden ayudar pero no necesariamente son las correctas. La responsabilidad no es solo del Estado sino de todos nosotros. El Estado no puede prohibir la libertad de expresión, ya que todo podría clasificarse como Fake News e inferir sobre la libertad de expresión, algo que ya ocurre en otros países.